«Florida», Kathy Acker.
Tal vez estás muriendo y ya nada te importa.
En la nada, el gris, las islas casi desaparecen entre el agua. Óvalos negros con forma de hojas esconden el desmoronamiento del universo. Las islas de Key West desapareciendo en el océano. Ya no tienes nada qué decir. No sabes qué hacer. Toda tu vida ha sido un desastre. Sujetándote a cualquier amorío que llegaba y quedándote con él por la tierna vida hasta que se volvía tan agrio que tenías que vomitar e irte. Entonces te recuperabas, como te recuperas de una cruda, cogiendo el siguiente trozo de culo que pasara por ahí y que no fuera tan indefenso o demandante que te forzara a percibir la realidad. Un coño como cualquier otro coño. Un ideal como cualquier otro ideal. Cuando un sueño se va, otro toma su lugar. Estas harto de estar entre esta mierda, así que te vas. En el fin del mundo. Casi nadie viviendo en esta perpetua grisura de Florida. Puede no ser el paraíso, pero no apesta a la mierda de tus sueños. No existe mucho para ponerte a soñar en esta grisura. Hay en la isla un hotel viejo y dilapidado. Maneja el hotel un viejo gruñón que ronca en vez de hablar. Hasta donde sabes, el gruñón no te molestará, nadie más está hospedando en el hotel, y el cuarto y la comida son baratos. Decides quedarte por una noche. No hay más que decir. Eres un trozo de carne entre otros trozos de carne. Es como cuando estabas en el hospital. El doctor no podía meter la aguja en tu vena para sacar sangre. Cada vez que metía la aguja en tu brazo, la vena desaparecía. Te sentías como un trozo de carne y no te importaba. Viste al doctor ver gente viviendo y muriendo y gritando y al doctor no le importaba si tú estabas muriendo o gritando. Así que a ti no te importó si estabas muriendo o gritando. Ya no tienes idea de lo que importa. Cada día miras al océano y ves un pequeño barco desaparecer entre la grisura. Un pequeño barco oscuro descendiendo entre las aguas turbulentas.
Autor: Kathy Acker
Comentarios
Publicar un comentario